Las ciudades más interesantes son las que conservan su historia; las que son capaces de amplificar el valor de lo que fue a través de la mirada vivaz de algunos pocos. Paula Gutiérrez es esa mirada, una que deja lo preestablecido en el cajón para adentrarse en el juego de las materialidades y el color. Llamémoslo buen diseño.
Su último arrebato se llama Hotel Debaines, en honor a Claude Brunet Debaines, arquitecto que proyectó algunas de las construcciones más emblemáticas en el centro de la capital.
Boutique, 50 habitaciones y un hall inspirado por la elegancia y el acierto del verde oscuro, que redefine el concepto de alto estándar.
¿Dónde estamos?. La pregunta aparece sola, cuando la construcción, proyectada por otra mirada audaz, la del arquitecto Juan Sabbagh, hace un guiño a las galerías techadas del centro histórico.
La arquitectura y la interesante mezcla de un mobiliario de peso, en que la madera de raíz, el cuero o revestimientos texturados proyectan un nuevo lujo, pero también un poco del norte y sur de Chile, sus minerales y su luz.
Mientras tanto, los muros recrean la vida y obra del Teatro Municipal, a través de fotografías llenas de color y movimiento.
En su exterior, el Gran Café, pausa necesaria para disfrutar algo del estilo europeo, y el Copper Room, restaurant que rescata nostalgia y glamour del emblemático ex Hotel Carrera.
FOTOS: @jpj_foto (1 a 6 y 14)